Seguidores

viernes, 30 de diciembre de 2011

Hablemos de oportunidades

  • Oye... dame una oportunidad.
  • Lo siento, me han enseñado a no dar oportunidades a quien no se lo merece y tú, tú no te la mereces.
  • Pues yo creo que todo el mundo se merece una segunda oportunidad, ¿no?
  • Claro que todo el mundo se merece una, pero no tres millones trecientos cincuenta mil ochocientos cuarenta oportunidades, ¿entiendes?
  • Pues no, no logro entenderlo, solo quiero una más, por favor...
  • No. Mira a ese chico, ¿lo ves? Ese de ahí del fondo. Ese chico si que se la merece y no hace falta que me lo digas, porque se la voy a dar. A ti no, pero a el si.
¿Te das cuenta ahora? Te he dado ya muchísimas oportunidades y he rechazado otras miles que seguro, seguramente que son mejores que tú. Bueno, todo el mundo es mejor que tú, ve asimilándolo. Ese chico del que te he hablado, él se la merece más que nadie. Hace que me olvide de lo que me pasa cuando hablo con el, hace que me olvide de ti, de todo lo que me has echo pasar y que ahora intentas arreglar con palabras absurdas. Ya no me afectan tus palabras, me he echo inmune a lo largo del tiempo. Para mi, ya no eres nada, o casi nada. ¿En serio creías que iba a ser tan sumamente tonta para estar ahí cuando estuvieras solo? No me conoces entonces, tampoco me conoces si pensabas que me ganarías de nuevo con cuatro palabras tontas. Tú si que eres tonto, me haces bastante gracia intentando conseguir algo que no vas a tener nunca, a mi.

1 comentario: