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martes, 13 de enero de 2015

¿Se puede conocer realmente a una persona en nueve meses?

¿Crees que podrías hacerlo? Sinceramente y en mi opinión, creo que sí, aunque no del todo. Una persona interesante nunca dejaría de sorprenderte con cosas que aún no sabías, por mucho que creyeras conocerla. Pero puedes conocer una gran parte de esa persona si hay ganas y prestas atención a cada detalle, por muy mínimo que sea. Aunque todo lleva su tiempo, siempre me han dicho que las cosas hay que hacerlas despacito y con buena letra, si quieres que te salgan bien.

Yo en estos meses he aprendido muchísimas cosas de una personita muy especial para mi, ¡y espero que para nadie más! Son cosas muy sencillas, pero que me dan la vida cada día.

Y bueno, ¿qué he aprendido? Ahora sé que no te gusta que te regalen ropa, prefieres ir solo y no te suele gustar la que te compran (ahora que lo pienso, espero que la camiseta que te regalé al principio te gustase de verdad, jajaja). Sé lo que es un coupé o un berlina, que te apasionan los coches pero no tienes ninguno favorito, simplemente te da cada mes o así por uno. 
Que te pones nervioso cuando dices cosas importantes. Esa voz entre indignada y graciosa que se te pone cuando niegas algo que sabes que es verdad pero que te da vergüenza admitir que has dicho o hecho.
Que no puedes conducir y hablar al mismo tiempo porque pones "el automático" y te vas a "nuestra casa". Que te encanta echarte mil y una salsas en las comidas, más si es carne mechada con paté a las ocho de la mañana después de una noche de fin de año. Que no te suele subir el alcohol poco a poco, si no que te sube de golpe y, para no ser menos, al día siguiente no te acuerdas de nada y estás medio tonto, pero claro siempre te repites que no volverá a pasar y a mi me entra la risa tonta. 
También sé que si duermes mas de 6-7 horas te levantas hecho polvo, que las siestas no te sientan nada bien y que te activas por la noche, por eso siempre te acuestas tan tarde. 
Que sacabas dieces en plástica y siempre dibujabas coches en las páginas de los cuadernos. Que las cosas te salen mejor cuando estas relajado. Que te encanta dejar el ordenador siempre encendido y por supuesto con el facebook abierto (para no ser menos lo has tenido toda la tarde hasta hace una hora o así). 
Las notas de tu móvil son tu agenda personal y, por supuestísimo si hay cosas mías, me queda prohibida la entrada a tus notas. Te encanta la ropa interior oscura y contar mil y una historias de Málaga uuuuna y oooootra y oooootra vez, porque aunque te diga que ya me la has contado me dices tu típica frase de: "me da igual, te lo vuelvo a contar".
Adoras exagerar las palabras terminándolas en -azo y las palabras "que te cagas" o "del carajo" son tus preferidas cuando dices que algo estuvo bastante guay. Que rara vez te sientas en el suelo, en cambio te pones de cuclillas, pero siempre apoyado en las puntas de los pies, nunca el pie entero por supuesto.
Lo ácido y lo picante no te gusta mucho, prefieres lo dulce. El caramelo te pierde y más si es doble en el mcflurry, al igual que odias el helado muy frío, lo prefieres más derretido. 
Que antes de hacer algo importante elaboras cientos de estrategias que dejan en pañales al Código Da Vinci. Odias leer, pero en cambio ves muchos documentales. 
No te gusta que te vean como un tonto y quieres que todo el mundo te respete. Que eres la persona más fiel que cualquiera se puede echar a la cara. Te las das de super vacilón pero eres la persona más buena y humilde que se puede encontrar. 
Que, cuando estás concentrado, sueles doblar el labio inferior y te pones más guapo que nunca. Cuando piensas algo que vas a decir pones morritos y te das pequeños golpes en los labios con el dedo índice. Que sueles levantar las cejas cuando hablas de algo serio.
Sueles echarte medio bote de colonia porque dices que "esta colonia se va muy rápido y luego no huelo a mi fragancia ignotizadora de Maripilis", pero no hay olor que me guste más que el tuyo.
Te dan miedo los extraterrestres y la morsa de Pingu te aterrorizaba de chico y claro, la sigues viendo diabólica.
Que tardas siglos en coger la postura para dormir y desbaratas toda la cama intentando cogerla. Que eres más vago que nadie, pero cuando se te mete algo entre ceja y ceja no hay quien te pare.
Cuando tienes sed, en vez de beber agua como la gente normal, tú te hincas medio litro de casera, o lo que pilles por ahí.
La mayoría de las veces dices palabras que van con ch, con sh, como coche o chiquilla.

Y podría seguir, pero no es plan de estar aquí toda la noche escribiendo, ¡que me van a salir ampollas! Y ahora, ¿quién es capaz de decirme que no se puede conocer a una persona en meses? Quizá en este texto he sacado cosas de ti de las que aún no te has dado cuenta. Pero dime, qué hay más entretenido que mirarte hablar, gesticular y conducir. Eres tan interesante para mi que podría estar mirándote horas, que digo, ¡días! y no me cansaría te lo aseguro. Y es que cuando ríes es cuando más te quiero, porque eso es filosofía.

Gracias por aguantarme y estar conmigo en todo momento, se que no es fácil, pero ahí estas tú como un campeón. Ahora se que es verdad eso que dicen que cuando hay ganas, ¡sobran las escusas!

                                                                                                                             Gracias por quererme.

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